miércoles, 2 de febrero de 2011

Esperanza

Durante las últimas semanas he estado meditando mucho sobre éste tema y después de crear varios borradores, no me decidía trasladarlos al blog y es que el asunto es algo peliagudo, sobre todo si se llegan a malinterpretar mis palabras. Después de todo, me he decidido darle entrada, pero evitando conclusiones finales, éstas las dejo a vuestro mejor criterio.

La única intención es compartir mis teorías sobre el porqué de ésta maldita “crisis”, cómo hemos llegado a ella, quien la promueve, quien la sufre, que nos puede ocurrir a partir de ahora, porque….siempre porque y muy pocas respuestas a nuestro alcance.

La historia escrita tiene la facultad de poder mantenernos informados sobre el devenir de nuestra civilización, cuales fueron sus momentos de gloria y cuales los de miseria. Si prestamos atención, podemos comprobar que la historia se repite continuamente en el tiempo y se mueve por fases, éstas suelen ser siempre las mismas y normalmente siguen un patrón correlativo entre ellas.


- Estado de Bienestar
- Estado de Crisis
- Estado de Miedo
- Estado de Esperanza


…………………………Y vuelta a empezar.

Si nos centramos en los tiempos que nos ha tocado vivir, ya hemos pasado claramente la primera (Bienestar), estoy convencido que también hemos sobrepasado la segunda fase (Crisis), la cual, en mi opinión, comenzó lentamente pero hace ya casi dos décadas, con la invasión de Irak a Kuwait, el alza de precios del petróleo, Septiembre 2001, virus incontrolados (Sida, vacas locas, gripe Aviar). La tercera fase, no tiene nada que ver con la famosa película de Spielberg, es la del “Miedo” y la más peligrosa de todas. Es cuando perdemos la esperanza, los precios al consumo son altísimos, los salarios se ven disminuidos ó incluso vemos peligrar nuestros puestos de trabajo, la casi exclusiva información que nuestras mentes perciben es siempre negativa, los bancos ya no dan créditos, muchas viviendas están siendo embargadas, el mundo donde habitamos está en peligro debido al cambio climático ó cómo la última noticia del Fondo Monetario Internacional, de ayer mismo publicada en el diario El Mundo, diciendo que “la generación de nuestros jóvenes es una generación perdida para el futuro” y no queda aquí todo, se atreven incluso a decir que “no descartan guerras a corto plazo”, toma ya…aquí no solamente es información negativa “subliminal”, aquí es inyección directa a vena, sin escrúpulos.



Quizás y con suerte, dentro de unos cuatro ó cinco años entraremos en la etapa de la “Esperanza”. En esos momento empezaremos a vislumbrar algunos “brotes verdes” (si, si, esos que estás pensando) que nos indiquen que no todo está perdido y que en unos cuantos más podremos alcanzar nuestra fase más deseada, la del “Bienestar”, que es la única que nos merecemos y que no hemos hecho otra cosa en nuestra vida que buscarla desesperadamente, entretanto no hemos parado de luchar, trabajar, esforzarnos por conseguirla y preparando a nuestros hijos para una entrada suave en el más despiadado de los mercados, el laboral. Pero cuidado, algo ó alguien parece no estar de acuerdo con nuestras ideas y nos lo está poniendo difícil, pero que muy difícil.


Arthur Schopenhauer dijo en el siglo XIX “nuestro mundo no es más que una mascarada donde se encuentran caballeros, curas, soldados, abogados, políticos, banqueros, economistas, pero no son lo que representan, sino sólo la máscara, bajo la cual, por regla general, se esconden especuladores de dinero”

También decía Michel Foucault, esta vez en el siglo XX “El principio político es un acto, sino el primero, cuya característica principal es coaccionar, dirigir, negociar y reconducir la suma de las voluntades individuales con un fin último supra-comunitario”

Y últimamente, ya en en siglo XXI Corey Robin ha dicho “El miedo, cómo lo imaginamos, conduce voluntariamente al sujeto a la apacible tranquilidad de la vida pero le obliga a renunciar a ciertas actitudes de resistencia”, lo que decimos vulgarmente “pasividad”

Y yo digo, sin pretender ponerme ni siquiera a la altura de los talones de estos grandes pensadores y con la mayor humildad posible, que la esperanza, que ya sabemos es lo último que se pierde, hay que conseguirla cueste lo que cueste, le pese a quien le pese, sabiendo que nuestro futuro es nuestro y de nadie más, pero sin miedo, que es el único sentimiento negativo capaz de paralizarnos ante lo desconocido.

Cita: A veces en la vida hay que saber luchar no sólo sin miedo, sino también sin esperanza.(Alessandro Pertini)