domingo, 13 de febrero de 2011

El Manuscrito Voynich

El manuscrito Voynich es un misterioso libro ilustrado, de contenidos desconocidos, escrito por un autor anónimo en un alfabeto no identificado y en un idioma incomprensible, el denominado voynichés.

A lo largo de su existencia constatada, el manuscrito ha sido objeto de intensos estudios por numerosos criptógrafos profesionales y aficionados. Ninguno consiguió descifrar una sola palabra. Esta sucesión de fracasos ha convertido al manuscrito en el Santo Grial de la criptografía histórica.

Sin embargo, cumple la ley de Zipf, que viene a decir que en todas las lenguas conocidas la longitud de las palabras es inversamente proporcional a su frecuencia de aparición (cuantas más veces aparece una palabra en un idioma, más corta es), hace pensar que se trata no sólo de un texto redactado en un lenguaje concreto, sino también que este lenguaje está basado en alguna lengua natural, aunque desconocida.

El manuscrito fue encontrado en casa de un anticuario a las afueras de Roma, en 1912 y fue adquirido por Wilfrid M. Voynich, de ahí su nombre. Actualmente está catalogado como el ítem MS 408 en la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale.

Recientemente un equipo de la Universidad de Arizona ha conseguido darle fecha al manuscrito y lo ha situado entre 1404 y 1438. El manuscrito fue escrito sobre piel de cabra muy fina, lo que ha facilitado el ensayo con carbono 14. El resultado el ensayo data el manuscrito Voynich un siglo antes de lo que previamente se pensaba.

4 comentarios:

ZIPI dijo...

Este post me ha recordado una anecdota que sucedió en mi época de universidad, cuando éramos muy progres y, además de irnos de juerga, nos encantaba ir a los cines de arte y ensayo a ver películas cuanto mas raras mejor. En una de las últimas películas de Buñuel (no recuerdo el nombre), en una de sus escenas, pasaba un avestruz por la habitación donde dormían unos personajes. Un medio de comunicación muy progre, de la época, le hizo una entrevista a Buñuel y el periodista, muy ilustrado el, le preguntó al director sobre el significado de la escena. Buñuel, con toda tranquilidad, respondió: "no significa nada. Simplemente me apetecía".
¡ A ver si el manuscrito en cuestión no significa nada y solo se trata de que a su autor le apetecía hacer esos dibujicos!

ZAPE dijo...

Puede ser, pero me ha llamado la atención comentarios de especialistas en criptografia de que mantener con regularidad la estructura del lenguaje empleado, supondria un trabajo que llevaría décadas. En cualquiera de los casos, si fuera una broma, ¿Para que pudo servirle al que lo escribió? Ademas los dibujos de las plantas no pertenecen a ninguna especie. Seria como trabajar la tierra para posteriormente no plantar nada en ella. Un trabajo sin sentido, pero supongo que en el año 1404, tendrían todo el tiempo del mundo para hacer tonterías.

ZIPI dijo...

¡Joder, que serio te pones!. ¿que para que le serviría al autor si fuera una broma?: pues para pasarlo cojonudo pensando como se devanarían los sesos en el futuro intentando descifrar su significado. A MI ME HUBIERA ENCANTADO.

ZAPE dijo...

Hombre, visto de esa manera y si pudiera ponerme en el lugar de un cachondo, elegiría ser Nostradamus, ese si que se lo monto bien. ¡Ah! Y ahora no se te ocurra decirme que me ponga en el lugar de Zetapeta (otro visionario) que por ahí no paso.