Cómo
no puedo estar más de acuerdo con lo que ha escrito Juan Fco. Martin Seco en
Republica de las Ideas, dejo aquí un resumen de su columna del pasado 3 de
Agosto de 2013 para que dentro de unos años, podamos recordar lo que fue el
caso Barcenas y la Hipocresía de todos nuestros políticos y medios de
comunicación.
“Temo
que este artículo sea mal entendido. He dudado antes de ponerme a escribirlo.
Pero las cosas hay que decirlas como se
piensan. Observo con preocupación cómo la actualidad nacional lleva al
menos un mes bloqueada por el tema Bárcenas. No diré que sus implicaciones no
sean de una gran relevancia, pero creo que el asunto está rodeado de una colosal hipocresía. Medios de
comunicación social, comentaristas, tertulianos, políticos, etc., se rasgan las
vestiduras y parecen haber descubierto ahora la financiación ilegal de los
partidos políticos. ¿Pero es que había
en España alguien que no estuviese al tanto de que las formaciones políticas se
financian irregularmente?
Desde
aquellos contratos de limpieza del Ayuntamiento de Madrid -creo que allá por
1982, y que forzaron, por denunciarlos, a que Alonso Puerta tuviera que
abandonar el PSOE, pasando por las Filesas, Malesas, Time
Sport… hasta llegar al 3% que Maragall, en sede parlamentaria catalana,
arrojaba a la cara a Mas provocando que este amenazase con no aprobar el
estatuto, ese estatuto que con tanto ahínco defendería más tarde frente al
Tribunal Constitucional como si en cada coma se jugase el honor y el futuro de
Cataluña (pero bien mirado el 3% era más importante), muchos han sido los acontecimientos que han señalado sin lugar a dudas
que la financiación irregular de los partidos está a la orden del día.
¿Acaso no se han dictado recientemente sentencias en las que se afirma que
tanto Unió como Convergencia han cobrado comisiones destinadas, al menos en
parte, a financiar a las respectivas formaciones?, ¿y acaso no sabemos que en
múltiples ocasiones los bancos han condonado deudas a los partidos políticos o
las han dejado relegadas en el balance, que para el caso es lo mismo? ¿Y no ha
sido el propio Banco de España el que mandaba provisionar este tipo de créditos
en el convencimiento de que en buena medida eran incobrables?
El tema sin duda es
grave, muy grave, porque en contrapartida, los gobiernos y los políticos están
hipotecados a las fuerzas económicas, y deciden en los asuntos públicos en
función de los intereses de estas y no atendiendo a la utilidad general;
pero grave, muy grave también, porque la injerencia de los poderes económicos
desvirtúa los procesos electorales aún más de lo que ya lo hacen los medios de
comunicación social. En una sociedad tan compleja como la actual es evidente
que existe una correlación bastante intensa entre los recursos que poseen una
formación política y sus probabilidades de éxito electoral.
La hipocresía social
que estos días inunda nuestros medios de comunicación no se encuentra en que se censure el caso
Bárcenas, sino en que se pretenda presentarlo como un hecho único, aislado y
hasta ahora desconocido, trasladando la imagen de que el resto del sistema goza
de excelente salud. El cinismo radica en
que se enfrentan a él en función de sus particulares intereses como arma
política, de unos, para debilitar al adversario y, de otros, al enemigo
(pues es bien sabido que los enemigos políticos son los que se encuentran
dentro del propio partido), y sin la
menor intención de solucionar el problema de cara al futuro, al igual que
ha sucedido hasta la fecha.
La hipocresía social se
hace manifiesta cuando, al
tiempo que nos rasgamos las vestiduras con el caso Bárcenas o con otros similares,
vemos con la mayor naturalidad que los
exministros, expresidentes de Gobierno y demás altos cargos se sientan en los
consejos de administración de las grandes empresas del IBEX. ¿Es que de
verdad creemos que los contratan por su enorme valía?”
FIN DE LA CITA
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